¿Y qué dice el viento de lo que el fuego silencia?
Hay que silbar hasta callar el estruendo del océano
hasta romper los tímpanos de los transeúntes.
Hay un llanto que escucho reventar a lo lejos
y nadie aquí dispuesto a secar esas lágrimas.
Mis manos están petrificadas.
Soy yo el que llora.
hasta romper los tímpanos de los transeúntes.
Hay un llanto que escucho reventar a lo lejos
y nadie aquí dispuesto a secar esas lágrimas.
Mis manos están petrificadas.
Soy yo el que llora.